jueves, 23 de abril de 2020

THE YOUNG POPE Y THE NEW POPE

Ficha técnica




The young Pope

The young Pope es una serie de 10 capítulos estrenada en el 2016 y que tiene su continuación con The new Pope, con otros 9 capítulos, estrenada en 2020. Aunque la segunda es la continuación de la primera, y realmente son dos temporadas de la misma serie, ambas se presentan como dos producciones con distinto nombre, aunque guardan una total relación en cuanto al argumento, los personajes… Al igual que muchas de las obras cinematográficas de Paolo Sorrentino, esta serie es una reflexión y una crítica hacia la Iglesia y el poder.

The Young Pope comienza con la celebración del cónclave en El Vaticano para elegir al nuevo Papa, tras la inesperada y sospechosa muerte del último. Desde el inicio la serie ya muestra una organización que se rige por la manipulación y la falsificación en todo su funcionamiento. Tras las tretas de Voiello (Silvio Orlando), cardenal y Secretario de Estado, se nombra como nuevo Papa a Lenny (Jude Law), que se convierte en el Papa más joven en la historia. 

El gran acierto de la serie, además de su magnífico guión, es el elenco de actores que da vida a unos personajes con un minucioso diseño, con una personalidad cuidada al detalle, y que son el elemento principal a través del cual se transporta al espectador a un universo desconocido y caracterizado a lo largo de toda la historia (en la realidad) por el secretismo, el enigma y la confusión. Cada uno de los personajes interpreta una cara diferente de la moneda y con el conjunto de todos ellos y sus relaciones se muestra el entramado por el que se rige la élite del mundo eclesiástico. 

A lo largo de los capítulos los personajes interpretan con gran maestría y estilo diálogos muy reveladores que muestran la esencia de la serie y que mantienen al espectador en la eterna dicotomía entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. Los personajes no son fieles a un bando en sentido estricto, cada diálogo y cada acción están llenos de connotaciones semejantes y a la vez contradictorias, y gracias al buen ensamblaje de todos estos matices la serie consigue mantener la tensión en la trama y el enganche con los personajes.

Y todo lo anterior se completa con la calidad y la identidad de la dirección de Sorrentino. Ayudado, desde luego, por unas localizaciones que no necesitan un alarde de creatividad ni una compleja composición del cuadro para aparecer deslumbrantes ante la cámara, Sorrentino enfatiza a cada uno de los personajes, cada diálogo, y cada acción con un exquisito uso del lenguaje cinematográfico. Planos muy narrativos, expresivos y bien compuestos, con unos movimientos de cámara elocuentes y nada azarosos, y un montaje delicado y meticuloso. Junto con la realización y el montaje, la elección de la banda sonora remata el conjunto de piezas que actúan como elementos desacralizadores de un argumento que se mueve en terreno sagrado.   


De la seducción de Lenny a la humanidad y el altruismo de Gutiérrez


Volviendo a los personajes, desde el inicio vemos como Lenny, convertido en Pío XIII cuando es nombrado Papa, acapara toda la atención y todo el peso de la serie tanto argumentativamente como visual e interpretativamente. El personaje de Pío XIII es un imán para los ojos del espectador. Es un personaje misterioso, inesperado y seductor que actúa como la fuerza que invierte las tornas y que enfrenta a todos los personajes provocando una hecatombe que obliga a estar en alerta tanto al espectador como a los propios personajes. 

Otro de los personajes que desde el primer momento capta el interés y despierta la curiosidad es el personaje de Voiello. Aunque al principio se presenta como el antagonista y enemigo de Pío XIII, a lo largo de los capítulos nos daremos cuenta de que ambos son muy parecidos, con un modo de actuar moralmente cuestionable y controvertido, y con poca aprobación por parte de los demás, pero que esconde una buena finalidad. Cada uno con sus intereses resultan ser los personajes más honestos.

Pero, con perdón de los anteriores, el personaje que muestra una de las cargas emocionales más complejas de la serie es el cardenal Gutiérrez, interpretado por el actor español Javier Cámara. Viendo la trayectoria de Cámara y valorando enormemente todas sus interpretaciones, quizás sea este personaje el más complejo de su carrera. Comienza en la sombra y poco a poco adquiere relevancia y peso en la trama a la par que los personajes principales se acercan a él en búsqueda de valores que parecían olvidados en Ciudad del Vaticano como la lealtad, la fidelidad, la humanidad y la honradez. En Gutiérrez se ven reflejados los valores que la Iglesia lleva por bandera, pero que todos los demás personajes parecen haber dado de lado en favor de sus propios intereses. De esta forma, con humildad y sin afán de destacar, consigue tener el lugar más cercano al Santo Padre en lo que a su cargo dentro del clero se refiere, pero también y fundamentalmente en el terreno personal. Aun estando en lo más alto este personaje consigue con su gran carisma y con su calidad moral hacer una reflexión desde su propia experiencia vital acerca de la religión, la institución eclesiástica y los valores de la Iglesia que acerca la religión al mundo teniendo consciencia del carácter evolutivo de la sociedad y la necesidad de adaptación a los tiempos. Un personaje complejo al que Javier Cámara ha sabido dar forma a la perfección captando toda su esencia y formando un tándem muy especial con el Papa Pío XIII, y que seguirá brillando y manteniendo la fascinación y admiración del público también en The new Pope.



The new Pope

En el inicio de The new Pope nos encontramos con una pieza menos en el trío Lenny-Voiello-Gutiérrez, pero rápidamente la extravangancia y singularidad de ese tercio perdido se ve recuperada con la llegada al poder de un personaje que durante The young Pope se había mantenido en un discreto segundo plano. El cardenal Viglietti (Marcello Romolo), confesor durante años de todos los cardenales en El Vaticano, es nombrado Papa bajo el nombre de Francisco II, de nuevo gracias a las artimañas de Voiello. La información es poder y, contra todo pronóstico, consigue lo que se propone en su breve mandato. Este personaje es la antítesis a todo lo que había representado el Papa Pío XIII. El nuevo Papa pretende basar su mandato en valores como la pobreza y la ayuda al prójimo rechazando la ostentosidad y cualquier  uso inmoral de la riqueza de la Iglesia. Esto es algo que no aprueba nadie a su alrededor y, tras hacer uso de su poder de una manera excéntrica aunque de buena fe, desaparece dejando al espectador con la miel en los labios. Aunque da paso a un espléndido John Malkovich interpretando al Papa Juan Pablo III, habría sido maravilloso poder disfrutar más tiempo del sarcasmo, la mordacidad y la extravagancia del personaje de Francisco II. 


Además del descubrimiento del personaje interpretado por Marcello Romolo y de la grata presencia de John Malkovich, The new Pope añade un ingrediente sorpresivo al argumento que es la sublevación de las monjas que conviven con los cárdenales y demás cargos eclesiásticos en El Vaticano. Una pista nos da desde el primer capítulo la cabecera de la serie, donde las protagonistas son ellas, desprovistas de sus hábitos y envueltas en un juego de luces y música donde se refleja claramente que en algún momento de la trama ellas tendrán el poder. Durante la segunda mitad de la serie son el elemento de confrontación de los personajes principales, la imagen de la reivindicación femenina dentro de la Iglesia y, de nuevo, la adaptación a los nuevos tiempos de una institución arcaica y empeñada en seguir anclada en la tradición y los valores del pasado.



The next Pope?

Esta serie plantea una temática con la que es fácil caer en los extremos. Habitualmente nos encontramos con obras cinematográficas, literarias o teatrales que o son comedia o son drama, o una crítica demoledora al mundo eclesiástico. Sin embargo, aquí se nos presenta un punto intermedio muy atractivo, con unas dosis de comedia e ironía muy llamativas, con los toques justos de drama y con una sutil intencionalidad crítica que expone y cuestiona pero no avasalla enjuiciando por encima de lo necesario. Es el punto justo en el que la mezcla da como resultado un producto que atrae a un público muy heterogéneo y que enamora a gran parte de la crítica desde hace cuatro años. 

The young Pope resulta algo más atrayente y estimulante que  The new Pope, aunque puede que esto solo se deba al elemento novedoso de una serie como esta y en un 80% a la presencia activa del personaje interpretado por Jude Law. Pero en cualquier caso ambas se han convertido en una serie imprescindible en le panorama audiovisual de los últimos años. Esperemos que Sorrentino nos obsequie pronto con una nueva entrega de la vida en Ciudad del Vaticano.

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