martes, 7 de abril de 2020

ARDE MADRID


Ficha técnica

Título: Arde Madrid
Guión: Paco León (creador), Anna R. Costa (creadora)
Director: Paco León, Anna R. Costa, Fernando Pérez
Año: 2018
País: España
Temporadas: 1
Reparto: Paco León, Inma Cuesta, Anna Castillo, Debi Mazar, Julián Villagrán, Moreno Borja, Ken Appledorn, Carmen Machi, Miren Ibarguren, Osmar Núñez, Fabiana García Lago, Manuel Manquiña, Mariola Fuentes, Craig Stevenson, Daniel Ibáñez, Julián Valcárcel, Miranda Makaoff, Chiqui Maya, María Hervás, Jorge Usón, Jorge Asín, Silvia Tortosa, Amara Carmona, Fanny Gautier, Secun De La Rosa, Estefanía de los Santos, Tomasito, Alejandro Serrano, Carmina Barrios, Eduardo Casanova
Productora: Movistar+
Fotografía: Pau Esteve Birba
Música: Ale Acosta
Género: Comedia



“Esa calaña del artisteo”


Arde Madrid es una serie de Paco León, codirigida con Anna R. Costa y con un guión escrito por los directores junto con Fernando Pérez. Está ambientada en el inicio de la década de los 60 en Madrid, y comienza con la llegada de Ava Gardner a la capital. El gobierno franquista, a través de la Sección Femenina, envía a Ana Mari a infiltrarse en la casa junto con Manolo, ambos como matrimonio que trabajará en el servicio doméstico de la actriz, para espiar los movimientos de la artista. 

Arde Madrid es una sátira, una crítica social con un toque de humor irónico. La serie ofrece, a través del guión y de sus personajes, una visión sarcástica y caricaturesca de la España de la época. Con el comienzo del primer capítulo ya podemos intuir el tono de la serie. En las primeras escenas se ofrece al espectador una perfecta contextualización de la sociedad y del papel de la mujer en esa sociedad, que será uno de los puntos fuertes del argumento de la serie a lo largo de los capítulos, junto con la represión  del placer y la sexualidad. 


“La castración de los deseos, del amor, del sexo, de la alegría…eso es indecencia”

El guión está plagado de tópicos españoles, a través de los cuales se plantea una contraposición entre la España más arcaica y el futuro y la liberación. Esta contraposición está encarnada en los diferentes personajes protagonistas que componen la trama principal, y de los cuales hay que destacar, además del diseño de personajes y el guión, el magnífico reparto actoral. Volviendo a la contraposición de ideales en torno a la cual giran todas las tramas, podemos hablar de 3 pilares fundamentales encarnados en los personajes de Ava, Pilar, Manolo y Ana Mari. Con el personaje de Ana Mari (Inma Cuesta), y todo su entorno antes de empezar a trabajar en la casa de Ava, está representada la España de los 60, de ideales conservadores, placeres reprimidos y modo de vida asentado en el pasado. Con el personaje de Ava (Debi Mazar) encontramos la antítesis, los valores de futuro, progreso y libertad que vienen del continente Americano para instaurarse poco a poco en la sociedad española de los siguientes años. Este personaje funciona como la guía que muestra al resto de personajes la búsqueda de los placeres, la libertad sexual y la forma de vida independiente sin atisbo de culpabilidad. Pero el guión de Arde Madrid no es un código binario que establece todo su desarrollo entre el blanco y el negro. También hay un término intermedio, de transición entre generaciones y épocas, representado con el personaje de Pilar. Pilar (Anna Castillo) es el personaje a través del cual se narra la evolución de España, la transición entre el pasado y el futuro, las nuevas generaciones que empiezan a cuestionar la sociedad, su modo de vida, y la educación y valores que les han inculcado. Por último, junto con el personaje de Ana Mari que representa la España profunda de los 60, tenemos al personaje de Manolo (Paco León), que representa la picaresca española y los tópicos de los que hablábamos antes, y que refuerzan la imagen de la España de la época y aportan el toque de humor y caricatura que convierte a esta serie en una sátira social.

Normalmente acostumbramos a pensar que las comedias y el humor no son capaces de tratar en profundidad los temas que plantea la historia. Esto es un error que queda refutado en los ocho episodios que componen esta serie. En Arde Madrid no hay nada de estética superficial ni en el guión ni en la realización. Todo tiene una explicación narrativa que enriquece el trasfondo de la trama, que es algo muy complicado de conseguir en este género.

En cuanto a los aspectos más técnicos también existen tres pilares fundamentales que destacar, al igual que en el guión. Por un lado la realización, con planos en los que en ocasiones la cámara parece tomar el punto de vista del voyeur, reafirmando la posición del “espectador como espectador”, quizás como una posible crítica o una mera visión del papel que toma el ciudadano dentro de la sociedad. Estamos hablando de una época en la que estaba a la orden del día espiar y criticar a cualquiera que se saliera de la trayectoria marcada por las normas morales establecidas. Una realización muy cuidada que no bombardea con cambios de plano constantes que no dicen nada.

A propósito de la realización, otro aspecto a destacar es la cabecera de la serie, que reproduce la misma estética, así como los tópicos españoles en los que se basa. Este esbozo de lo que nos espera al ver el capítulo se muestra a través de sencillas pinceladas como son el uso de los colores de la bandera de España o la elección de la música de cabecera. 

Y hablando de la música, por otro lado, cabe hacer una mención a la banda sonora, que refuerza la imagen castiza de la obra y de sus personajes. Existen críticas hacia las obras en las que la banda sonora no respeta la ambientación de la misma y la época en la que se desarrolla la trama. Sin embargo, en los casos en los que esta anacronía está justificada y debidamente utilizada dentro de la obra, confiere a través de ese contraste carácter e identidad a la serie, como es el caso de Arde Madrid.

Y por último, y quizás el aspecto técnico que más haya llamado la atención, la elección del blanco y negro. Paco León afirma que fue una decisión meramente estética y de diferenciación. ¿Ha sido acertada esta decisión? Realmente no parece que funcione mal, aunque viendo otros trabajos dirigidos por Paco León el espectador puede quedarse con las ganas de ver cómo habría sido esta serie con un trabajo del color original, llamativo y sugerente como el que mostró en Kiki, el amor se hace. Pero puede que no hubiera sido más provocador que usar el blanco y negro en una serie de las características que componen Arde Madrid.


Empoderamiento femenino

Desde luego es indiscutible que el talento de Paco León no es solo el de actor. Como guionista y director Paco León tiene una personalidad propia, un carácter que dota a todos sus trabajos de identidad, autenticidad y diferenciación, y le colocan como uno de los directores con proyección dentro del audiovisual español.


Para finalizar, completando todo lo dicho anteriormente en cuanto al argumento de la serie, hay que destacar el papel de los personajes femeninos, uno de los puntos fuertes dentro de la trama; y del feminismo, con sutiles pinceladas que van adquiriendo peso según avanzan los capítulos. Los nuevos aires americanos con los que comienza la serie logran calar en la sociedad española, y esto se va haciendo patente a lo largo de los capítulos hasta que en el último la serie sorprende con un golpe de empoderamiento femenino, tanto en el personaje de Ana Mari como en el personaje de Pilar, que termina viendo a Ava como su referente.

Durante los ocho capítulos de la serie el espectador asiste al cambio de mentalidad en la España franquista, a la influencia de las modas americanas en la misma y al despertar de una sociedad sumisa y castigada por la falsa moral de la época.





No hay comentarios:

Publicar un comentario