jueves, 28 de mayo de 2020

MODERN LOVE

Ficha técnica

Título: Modern love
Guión: John Carney, Sharon Horgan, Tom Hall, Audrey Wells
Dirección: John Carney, Sharon Horgan, Tom Hall, Emmy Rossum
Año: 2019
País: Estados Unidos
Temporadas: 1
Reparto: Anne Hathaway, Tina Fey, Catherine Keener, Dev Patel, Andy García, Julia Garner, John Slattery, Cristin Milioti, Sofia Boutella, Gary Carr, Laurence Possa, Brandon Victor Dixon, John Gallagher Jr., Shea Whigham, Brandon Kyle Goodman, Charles Warburton, Angela Oh, Rolando Chusan, Jane Alexander, Erinn Anova, Marin Ashby, Seth Andrew Bridges, Olivia Cooke, Lisa Ferreira, Barney Fitzpatrick, Liam Garten, Phillip James Griffith, Martin Harvey, Andrew Haserlat, Christian Hopper, Alexander Jameson, Chris Kepford, Rebecca Kling, Josh Marcantel, Brianna Masyn, Claire McClanahan, Caitlin McGee, Allen McLean, Charlie Meany, Kelly Mulvihill, Elizabeth Paige, Zachary Shea Podair, Grayson Powell, Christopher Quartuccio, Daniel Reece, Joseph Reiver, James Saito, Andrew Scott, Shana Solomon, Martin Tsien, Arden Wolfe
Productora: Amazon Studios, Storied Media Group
Fotografía: Yaron Orbach
Música: Gary Clark Jr
Género: Comedia romántica



Modern love es una serie de Amazon Studios que explora las relaciones humanas y el amor a través de ocho capítulos con historias independientes entre sí, basadas en la columna publicada en el New York Times con el mismo nombre. En guión y dirección encontramos algunos nombres destacables en la comedia romántica americana como John Carney, director y guionista de Modern love y conocido por su dirección en la película Begin again, en cuyo equipo también se encuentra Yaron Orbach como director de fotografía. Como coguionistas de Modern love también están Sharon Horgan, creadora de la serie de HBO Divorce, y Audrey Wells, guionista del largometraje George of the jungle.

En Modern love encontramos historias de amores idílicos, amores interrumpidos, y situaciones personales y emocionales que influyen de manera determinante en la forma de relacionarse de los personajes que protagonizan cada uno de los capítulos. Ocho historias que nos brindan una amplia gama de amores y desamores con la ciudad de Nueva York como telón de fondo conformando una antología de relatos que pueden recordar en ocasiones al cine de Woody Allen. Esta semejanza la podemos encontrar en las pinceladas de comedia y sarcasmo que se entremezclan en el cariz romántico de la serie, así como en la presencia de algunos personajes, en ocasiones con un tono teatral, que representan una radicalidad sentimental y con cierta extravagancia que los hace magnéticos, entre los que destacan los personajes de Lexi (Anne Hathaway) y Guzmin (Laurence Possa). Todo ello, sumado al retrato que se hace de la ciudad de Nueva York y a la banda sonora, hace que cada capítulo y cada historia tengan su propia identidad dentro del hilo conductor que los une.

Si hay algo que reprochar a Modern love es la falta de diversidad en las historias. Aunque todas ellas son diferentes siguen faltando muchos tipos de relaciones y algunas formas de entender las relaciones humanas que están a la orden del día, y que esperamos que nos desvelen en una segunda temporada. Pero, sin duda, Amazon Studios vuelve a triunfar con una serie de fácil y agradable visionado, tanto por la duración de los capítulos y la independencia de estos entre sí como por la temática que aborda, porque tanto el romanticismo como la ausencia del mismo son temas que siempre están a la orden del día capaces de llegar a diferentes tipos de público.

MODERN LOVE


martes, 26 de mayo de 2020

I AM NOT OKAY WITH THIS

 
Ficha técnica

Título: I am not okay with this
Guión: Jonathan Enstwistle, Christy Hall
Dirección: Jonathan Enstwistle
Año: 2020
País: Estados Unidos
Temporadas: 1
Reparto: Sophia Lillis, Wyatt Oleff, Sofia Bryant, Richard Ellis, Kathleen Rose Perkins, Aidan Woitak-Hissong, Gregg Daniel, Brent Feitl, Jackson Frazer, Eric Sharpe, Patricia Scanlon, Roger Petan, Dwayne Pintoff, Jordan Rhone, Joe Fishel, Shari Neumann Dodge
Productora: 21 Laps Entertainment, Netflix
Fotografía: Justin Brown
Género: Dramedia, ciencia ficción



Dear diary…


A principios de 2020 Netflix sorprendía con una nueva adaptación de un cómic de Charles Forsman. Tras el éxito de The end of the f***ing world en 2017, y unos meses después del lanzamiento del final de esta serie, a comienzos de este año llegaba a la televisión de pago la adaptación de I am not okay with this.

En I am not okay with this la protagonista es Sidney (Sophia Lillis), una chica adolescente que un día descubre que su mala gestión de las emociones la ha llevado a desarrollar unos poderes de telequinesis que es incapaz de controlar.

I am not okay with this comparte, además de su precedente en cómic, director y director de fotografía con su antecesora, The end of the f***ing world, lo que hace que ambas tengan una estética y narrativa muy parecidas. Ambas pertenecen a una oleada de series que inauguran una nueva forma de contar dramas adolescentes huyendo de los tópicos y los procedimientos narrativos recurrentes en estos subgéneros. Y una de las nuevas características que tienen estas series es que son dramas adolescentes cuyo público objetivo no es solo el público adolescente, sino que el espectro se amplia hacia un público más adulto. Aunque tanto la fotografía como la narrativa recuerdan a su antecesora, estos no son los únicos elementos que tienen en común. También el grafismo es similar, y todas estas similitudes tienen que ver con el hecho de que tanto a nivel visual como narrativo las adaptaciones han respetado bastante la estética del cómic y han logrado llevar a la pantalla una digna adaptación de la novela gráfica. 

Los cómics de Charles Forsman tienen en común el diseño de sus protagonistas, que son adolescentes con problemas de adaptación, emocionales, familiares… En este sentido I am not okay with this representa una magnífica escenificación de la dificultad en la gestión de las emociones de Sidney. A este caos mental se le da forma con la introducción de los poderes que desarrolla la protagonista, un elemento fantástico que aporta matices a la trama que hacen que no se quede en una dramedia plana. Esto compensa la inexistencia de subtramas trascendentales hasta muy avanzada la temporada y la leve evolución de los personajes. 

Parece que con estas dos series Netflix ha descubierto la forma de hacer una gran adaptación audiovisual sin perder demasiado la esencia de la novela gráfica, y escogiendo un muy buen elenco de actores que son quienes aportan calidad a este ejercicio técnico y narrativo.

martes, 19 de mayo de 2020

WHITE LINES

Ficha técnica

Título: White lines
Guión: Álex Pina (creador)
Dirección: Álex Pina, Nick Hamm, Luis Prieto, Ashley Way
Año: 2020
País: Reino Unido-España
Temporadas: 1
Reparto: Laura Haddock, Juan Diego Botto, Marta Milans, Nuno Lopes, Daniel Mays, Laurence Fox, Angela Griffin, Guillermo Lasheras, Pedro Casablanc, Javier Garrido García, Belén López, Rafael Morais, Javier Coll, Jade Alleyne, Tallulah Evans, Juan Carlos Vellido, Tom Rhys Harries, Gisela Gómez Achim, Jamie Bacon, Gonzalo Bouza, Carlos Cabero, Alex Delescu, Adrian Fekete, Manu Garcia, Thor Kristjansson, Geena Román, Ceallach Spellman, Iván Sánchez Sánchez, Julián Teurlais, Michael John Treanor, Johanna Wallmeier
Productora: Coproducción Reino Unido-España, Vancouver Media, Left Bank Pictures, Netflix
Fotografía: Juan Miguel Azpiroz, Kieran McGuigan, Martin Fuhrer, Álvaro Gutiérrez
Género: Thriller, drama



Álex Pina es un nombre ya conocido en el panorama de las series de ficción españolas creador de producciones como Vis a vis, La casa de papel o El embarcadero, series que han cosechado un gran éxito de audiencia tanto en España como en el extranjero. Hace unos días llegaba el estreno de White lines, coproducción entre España y Reino Unido creada por Álex Pina para Netflix. White lines comienza con el hallazgo del cadáver momificado en el desierto de Almería de un DJ británico desaparecido hace 20 años en Ibiza. Su hermana viaja a España para averiguar qué pasó.

A pesar de los éxitos a los que nos tienen acostumbrados Álex Pina y Vancouver Media, White lines es una serie con luces y sombras, tanto en las interpretaciones como en algunas de las tramas. La historia pasa sin pena ni gloria ante los ojos del espectador. No cuesta trabajo verla, pero tampoco te mantiene pegado a la pantalla. Aun así, mantiene algunos aspectos técnicos de las buenas producciones que sostienen las carencias que existen a nivel interpretativo y de guión. Existe un buen trabajo de fotografía. El etalonaje y la gama cromática son un espejo de la imagen Ibicenca que tenemos cuando pensamos en la isla. Es muy interesante también el trabajo de fotografía realizado en las escenas que narran los hechos ocurridos en la década de los 90, antes de la desaparición del DJ. Esta época está muy bien representada visualmente en la ficción, guardando sobre todo la estética visual que recuerda a muchas producciones audiovisuales noventeras.

Además del trabajo de fotografía y color, uno de los puntos fuertes de la serie es la banda sonora, que proporciona momentos musicales de nostalgia generacional con canciones como Dragostea Din Tei, de O- Zone, que nos sorprende en el primer capítulo. Aunque, a pesar de que la selección de canciones que acompañan las escenas es buena, se echan en falta más canciones españolas teniendo en cuenta que es una coproducción con España, y que el público español es uno de los principales a los que se dirige la serie.

Sin embargo, White lines también tiene un par de puntos negativos referentes a la reproducción de estereotipos. En primer lugar, se reproduce una imagen negativa llena de tópicos de Ibiza, que presentan a una isla representada con el mundo de las drogas, los excesos y la delincuencia. Es una imagen sesgada y dañina que puede no caer bien a la audiencia española. En segundo lugar, la serie también frivoliza con la profesión del DJ a través de tópicos que dan una perspectiva muy superficial de la profesión.

En general, White lines no es de las mejores producciones de ficción del 2020. Hay una diferencia entre lo que es la serie a nivel visual y lo que es a nivel de guión, donde las carencias y el recurso de los tópicos no juega nada a su favor.

WHITE LINES


viernes, 15 de mayo de 2020

OUR BOYS

Ficha técnica

Título: Our Boys
Guión: Noah Stollman, Tawfik Abu Wael, Joseph Cedar, Hagai Levi 
Dirección: Noah Stollman, Tawfik Abu Wael, Joseph Cedar
Año: 2019
País: Israel-Estados Unidos
Temporadas: 1
Reparto: Shlomi Elkabetz, Adam Gabay, Jony Arbid, Lior Ashkenazi, Michael Aloni, Doron Ben-David, Noa Koler, Ram Masarweh, Ruba Blal, Yakov Cohen
Productora: Coproducción Estados Unidos-Israel, Keshet Studios, Movie Plus Productions, HBO
Fotografía: Yaron Scharf
Música: Ishai Adar
Género: Drama





La ley del talión

Our boys es una serie de diez capítulos coproducida por Israel y Estados Unidos y basada en hechos reales. Tras la oleada de violencia en la franja de Gaza en 2014, tres adolescentes ultraortodoxos son secuestrados en Jerusalén y asesinados por Hamás, una organización palestina autoproclamada como yihadista. Durante los 18 días que pasan desde el secuestro hasta el hallazgo de los tres cadáveres se ponen de manifiesto los radicalismos y las luchas raciales y religiosas que rigen la vida de la ciudad de Jerusalén.

Our boys es una serie que nos enfrenta de lleno a un conflicto que durante muchos años se ha vivido en Europa a través de los medios como algo lejano y ajeno. Habitualmente vemos lo que cuentan los medios, lo que tiene que ver con las organizaciones terroristas que operan en el territorio, y con algo más de implicación cuando lo hacen fuera de él. Pero esta serie nos lleva al epicentro del conflicto y como espectadores nos enfrenta de lleno al problema. En esta serie se nos muestra el conflicto desde dos perspectivas. Por una parte tenemos al pueblo, disgregado por motivos religiosos y políticos, pero cuyos miembros no pertenecen a ningún bando en muchos casos, sino que se encuentran sumergidos en una vorágine de rencor y violencia que no les pertenece. Muchos de los personajes representan a familias que luchan por sobrevivir en medio de una guerra que no sienten como suya. Pero, por otro lado, se narra cómo el odio irracional es capaz de calar en todas las piezas de la sociedad y de transmitirse de generación en generación, dando lugar a lo que Simon (Shlomi Elkabetz) llama el terrorismo de hoy. Como alguien con problemas mentales, racista, presionado por su entorno cercano, puede verse influenciado por las informaciones tergiversadas y sesgadas de los medios para formar para de una guerra que escapa a sus propios intereses. En cada uno de los personajes, tanto judíos como palestinos, se muestra perfectamente cómo la guerra se ha transmitido de generación en generación como un recuerdo nunca vivido.

En este sentido, la serie sufre un recorrido a lo largo de sus diez capítulos. Comienza con un asesinato llevado a cabo por una organización terrorista, pero avanza con el terrorismo llevado a cabo por los conocidos a través de los medios como lobos solitarios. El asesinato de los tres chicos judíos sirve como detonante para sumergirnos en una sociedad envuelta en una espiral de violencia, prejuicios, guerras raciales y religiosas, que la llevan a la disgregación y a una batalla perdida, y cuyas víctimas son tomadas por el gobierno y la prensa en su propio beneficio y son usadas como armas del conflicto israelí-palestino. 

Todo este complejo panorama es narrado en Our boys con la naturalidad y la verdad que necesita el relato de un suceso como el que se cuenta en esta serie. Esta verdad la encontramos tanto en el guión, muy bien estructurado y con un buen relato de los hechos, como en los personajes. A través de personajes como Avishai, Yinon, Yosi, o el propio Mohammed se identifica a una generación protagonista totalmente vulnerable que heredan un sentimiento de desprecio y rivalidad que resultan tremendamente difíciles de erradicar en una sociedad que ha basado en ellos gran parte de su historia reciente. Pero también se muestra la parte racional, la de las dudas razonables ante los hechos irracionales que destrozan la sociedad. Hay otra parte de la sociedad que ha vivido más el conflicto y que lucha por apagar la llama del radicalismo en su entorno más cercano. Esto lo podemos ver principalmente en los personajes de Simon y Hussein. 

Lo mejor de Our boys, y lo realmente difícil a la hora de afrontar una serie como esta, es la narración imparcial de los hechos. Se muestran todas las perspectivas del problema, sin un dedo acusador, sin juzgar a los inocentes. El verdadero protagonista es el pueblo como víctima que queda al servicio del conflicto y los intereses políticos.

Pero realmente cualquier halago que se haga a esta serie se queda corto tras su visionado. Our boys es una bofetada de realidad cuyo dolor nos acerca al otro extremo del mundo.



OUR BOYS


viernes, 8 de mayo de 2020

VIS A VIS: EL OASIS

Ficha técnica

Título: Vis a vis: El oasis
Guión: Iván Escobar (creador)
Director: Iván Escobar (creador), Esther Martínez Lobato (creadora), Daniel Écija (creador), Álex Pina (creador), Miguel Ángel Vivas
Año: 2020
País: España
Temporadas: 1
Reparto: Maggie Civantos, Najwa Nimri, Ramiro Blas, Itziar Castro, Lucas Ferraro, Natalia Hernandez, Lisi Linder, Alma Itzel Méndez, Isabel Naveira, Daniel Ortiz, David Ostrosky, Ana María Picchio, Claudia Riera, Lolo Diego de la Calle, Daniel Chamorro, Quique Medina
Productora: Globomedia, Fox
Fotografía: Sergi Bartrolí
Música: Iván M. Lacámara, Manel Santiesteban
Género: Thriller


¿Por qué han decidido cargarse una serie como Vis a Vis?

Vis a vis: El oasis, es la secuela de la serie Vis a vis, estrenada esta última en 2015 y ambas producidas por Globomedia y escritas y dirigidas por nombres ya conocidos en el panorama de la ficción española como Iván Escobar, Álex Pina, Esther Martínez Lobato, Daniel Écija y Miguel Ángel Vivas que se incorpora al equipo de la secuela. Vis a vis: El oasis cuenta el reencuentro de Zulema (Najwa Nimri) y Macarena (Maggie Civantos) tras su fuga de Cruz del Norte y su vuelta a la delincuencia, para lo que formarán una banda criminal que contará con algunos de los rostros de la serie original. 

Vis a vis ha sido una de las mejores series españolas pertenecientes a esa nueva oleada de producciones de ficción nacional entre las que se encuentran La casa de papel, La vallaVis a vis contaba con un buen guión, buenas interpretaciones, una muy buena propuesta estética de la que bebieron más tarde otras producciones como La casa de papel, además de otros aspectos técnicos que estaban a la altura del resto de las piezas que componían la serie. Sin embargo, tras 4 temporadas, deciden cargarse todo eso con la producción de una secuela del todo innecesaria que, además, ponen en manos de una elenco de actores y actrices sobreactuados, todos ellos sujetos a un guión cogido con pinzas… hasta el diseño de los personajes y los diálogos de Zulema y Macarena, que eran uno de los puntos fuertes en Vis a vis y que siguen siendo las protagonistas en la secuela, dejan mucho que desear. Suerte que cuentan con actrices del nivel de Najwa Nimri y Maggie Civantos que hacen un poco de salvavidas para una serie abocada al fracaso.


Pero, para poder entender mejor el desastre, recapitulemos a lo que fue Vis a vis y lo que supuso para la producción de series de ficción en España.


Vis a vis

Vis a vis es una serie emitida entre 2015 y 2019, y comenzaba con la entrada en la prisión de Cruz del Sur de Macarena, una joven inocente a la que una serie de malas decisiones la llevan a una prisión en la que conviven una serie de delincuentes acostumbradas a la vida criminal, y donde se emplean una serie de métodos deshonestos para dirigir la prisión.

Vis a vis renovó el panorama de la ficción televisiva española tras unas décadas en las que  las series nacionales se veían desplazadas a un segundo plano por un público que prefería la ficción internacional. Con esta serie se abre el camino a una oleada de series españolas que se ponen a la altura de la ficción que nos llega de países como Estados Unidos o Reino Unido, tanto narrativa como estéticamente, y que además se exportan a otros países donde tienen el mismo éxito.

Como he mencionado antes, Vis a vis ataca con una propuesta estética muy novedosa para lo que nos tenían acostumbrados las series producidas en España en los últimos años. El decorado en que se rueda se funde con el resto de elementos en un juego de iluminación y contrastes de color que, junto con la realización y el montaje, se asemeja mucho más a la estética y la narrativa cinematográfica que televisiva. Y este nuevo modo de concebir las series en términos estéticos y de realización se reforzará en los años posteriores al estreno de Vis a vis con series como La casa de papel, que logra posicionarse en poco tiempo dentro del panorama de ficción internacional.

Además, en términos de guión también traía novedades. Vis a vis es un thriller con un fuerte componente de acción. La novedad es que es una serie de acción con un reparto mayoritariamente femenino, donde vemos a las actrices en papeles habitualmente reservados para los personajes masculinos. La ficción televisiva de las últimas décadas se basaba en tramas de temática familiar, adolescente… con Vis a vis se abre una puerta a la introducción de temáticas más complejas y con personajes más elaborados.



Vis a vis: El desastre

Sin embargo, con Vis a vis se vuelve a caer en el mismo error que estamos acostumbrados a ver serie tras serie. Cuando una fórmula tiene éxito, se alarga sin sentido hasta que termina por aburrir a la audiencia que la había acogido con un éxito que tenía garantizado desde el principio. Se alarga un guión que ya tenía su fin establecido mucho antes, y se empieza a adornar con tramas que no aportan nada. Y esto ha pasado con Vis a vis: El oasis, una secuela innecesaria, donde se recurre a tramas enrevesadas en las que ya no se aprecia por ninguna parte el gran trabajo realizado en su antecesora. Es necesario darse cuenta a tiempo de dónde termina la serie, y dejar al espectador con un buen sabor de boca y no con un mal remate final.

miércoles, 6 de mayo de 2020

EUPHORIA

Ficha técnica


Título: Euphoria
Guión: Sam Levinson (creador), Rom Leshem, Daphna Timira Yardeni
Director: Sam Levinson, Augustine Frizzell, Pippa Bianco, Jennufer Morrison
Año: 2019
País: Estados Unidos
Temporadas: 1
Reparto: Zendaya, Hunter Schafer, Jacob Elordi, Barbie Ferreira, Alexa Demie, Sydney Sweeney, Maude Apatow, Eric Dane, Angus Cloud, Storm Reid, Nika Williams, Olivia Grace Applegate, Alanna Ubach, Austin Abrams, Ruben Dario, Greg Bryan, Cranston Johnson, Algee Smith, Astro, Jeff Pope, Nolan Bateman, John Ales, Mel Fair, Troy Caylak, Ray Benson, Hunter Jones, Janice Leann Brown, Jeremiah Birkett, Nancy De Mayo, Theo Breaux, Lukas Gage, Mike Ostroski, McKenna Roberts, Motown Maurice, Courtney Taylor Burness, Johanna Colón, Hannah Nordberg, Aileen Burdock, Tyler Chase, Jim Garrity, Alex J. Joseph, Janet Song, Justice Alan, Michael Franklin, Aliyah Conley, Dan Garland, Ernie González Jr., Brandon Knabe, Keean Johnson, Chris McLaughlin, David Baracskai, Carson Nicely, Michael Petrone, Terry Walters, Elizabeth Posey, Virginia Schneider
Productora: A24, HBO
Fotografía: Marcell Rév, Drew Daniels, Adam Newport-Berra
Música: Labrinth
Género: Drama



“Un buen día apareces sin mapa o una brújula, y en algún momento debes elegir”


Euphoria es una serie de HBO estrenada en 2019 y escrita y dirigida por Sam Levinson. La serie comienza contando la historia de Rue (Zendaya), una adolescente de 16 años que acaba de salir de rehabilitación. Rue no tiene intención de dejar las drogas y se ve de vuelta a una vida para la que no tiene ninguna motivación, pero todo cambia al conocer a Jules (Hunter Schafer), una chica nueva en el instituto. 

A priori puede parecer que esta es una historia típica más de drama adolescente sin contenido. Pero no, Euphoria es un drama adolescente de nivel superior. La forma en que se cuenta la historia, sobre todo de la protagonista, tanto a nivel de guión como a nivel estético y narrativo, la sitúa como una de las mejores series que vieron la luz el pasado año.




“Estos sentimientos estaban ahí y nunca se marcharían de mi vida”

Normalmente se cuentan historias de drogas y adicciones cuyo telón de fondo es la situación social, familiar… Aunque pueda parecer que esto es lo que pasa en Euphoria, la serie realmente cuenta una historia de búsqueda de emociones, de depresión, de la maraña de sensaciones que supone la etapa de la adolescencia…donde las drogas y la adicción de la protagonista se convierte más bien en un hilo conductor  que sirve para contar una historia mucho más compleja. Este sencillo cambio de perspectiva es el primer elemento que hace que la historia de Rue destaque sobre otras historias similares en la ficción. 

La trama de la adicción de Rue es solo la puerta hacia numerosas reflexiones que se plantean a lo largo de los capítulos y que toman forma en el resto de personajes. Se narra muy bien toda la complejidad psicológica y social que hay alrededor de la situación de adicción de la protagonista. Se recrea una atmósfera que hace ver el mundo de la adicción desde dentro. Lo vemos a través de los ojos de Rue y esto nos evade de la perspectiva de jueces a la que habitualmente se somete esta temática. Por el contrario, nos pone en un plano de comprensión, de empatía, vamos junto al personaje y no por encima de él.

Y en la forma en la que se cuenta esta historia existe otro elemento más que supone un gran acierto: la presencia de la voz narradora de Rue. A veces la introducción de una voz narradora que va contando la historia puede restar fuerza narrativa a las imágenes y a los diálogos. Pero en este caso es un elemento que refuerza las escenas y permite ver con mucha más intensidad y dureza la psique de la protagonista, comprender de qué forma comienza el declive en su vida y por qué es incapaz de salir de él. Y sí, aunque en cada narración cuenta la historia de un personaje diferente, lo que realmente nos muestra es el interior de su mente, porque se nos advierte de que el relato de Rue no es un relato objetivo. Cada capítulo se inicia con la narración de Rue haciendo un recorrido desde la infancia de uno de los personajes, que explica los hitos que han marcado su vida y que han ayudado a definir su personalidad y su situación actual. Esto también lo hace con ella misma en el primer capítulo tratando de dar una explicación a su situación. Más que de una adicción, se trata de un estado mental y anímico concreto, que la hace buscar una serie de emociones añoradas a lo largo de su vida y que solo encuentra en las drogas, su momento de euforia.




Sin duda a un buen guión y la gran interpretación del elenco escogido para esta serie se le suma una propuesta estética y narrativa que es de lo mejor de Euphoria. La realización, los movimientos de cámara, los tipos de plano y la banda sonora son elementos que confieren una fuerte identidad a la serie. A través de estos elementos se crea una estética narrativa que enfatiza las debilidades y las fortalezas de los personajes, sus estados de ánimo… Visualmente es fácil identificar en qué momento se encuentran los personajes, sobre todo Rue y Jules, ya que es con ellas con las que se aprecia un trabajo más complejo en la realización de sus escenas tanto a nivel técnico como estético. Y todos estos elementos toman forma de manera muy dinámica y orgánica con el montaje. En cuanto a la puesta en escena de los estados por los que pasa la protagonista, cabe destacar la distorsión de la realidad que se enfatiza a través de un perversamente colorido juego de luces, planos y maquillaje, y que diferencia a la perfección los momentos de euforia y de aflicción del personaje.

Y, por último, una mención al trabajo de maquillaje. El maquillaje es un elemento al que en Euphoria se le ha atribuido una gran relevancia y se ha introducido perfectamente en la parte narrativa. Por ejemplo, las lágrimas de purpurina, que no son un atributo estético o una forma de adornar una escena dramática. Todo lo contrario, enfatiza ese drama haciendo visible la tormenta de emociones, la mezcla de la euforia con el abatimiento a través de ese contraste creado con la introducción de elementos como la purpurina, el color, los dibujos alrededor de los ojos…




“¿Crees que porque fui a rehabilitación ya estoy limpia?”

Euphoria es una gran serie por cómo cuenta las historias desde la insana y ficticia normalidad con que las ven los personajes, puntos de vista que son enfatizados con la parte estética y narrativa que construyen esta ficción.

Y una gran serie que nos engancha capítulo tras capítulo culmina su primera temporada con una escena que es una de las mejores escenas de la serie a todos los niveles. Esta escena narra la recaída de Rue, su caída al fondo del pozo, una vez que pierde la única motivación que ha tenido en mucho tiempo, su relación con Jules. Esta escena representa la pérdida de la batalla que llevamos luchando con Rue desde el primer capítulo. Lo que narra es tan fuerte que ni siquiera la voz narradora de Rue lo habría podido expresar y exteriorizar, hacérnoslo llegar directamente a las tripas, de la forma en que lo hace la canción y la coreografía. Se recurre a otras formas de expresión artística como la danza y la música, y a través de movimientos tan abstractos como orgánicos, vemos su locura, su rendición, lo que le ha costado aguantar y llegar a la cima y lo fácil que ha sido volver a caer. Rue pierde finalmente toda su voluntad y se convierte en una marioneta de su propia fragilidad, y con el plano final de su caída quedamos sin aliento a la espera de una nueva temporada.