miércoles, 29 de abril de 2020

L´AMICA GENIALE

Ficha técnica


Título: L´amica geniale
Guión: Saverio Costanzo, Elena Ferrante, Francesco Piccolo, Laura Paolucci
Director: Saverio Costanzo
Año: 2018
País: Italia
Temporadas: 2
Reparto: Margherita Mazzucco, Gaia Girace, Elisa Del Genio, Ludovica Nasti, Dora Mattia Bisonni, Marco Pancrazi, Luca Gallone, Luca Gallone, Antonio Milo, Pina Di Gennaro, Sarah Falanga, Antonio Buonnano, Valentina Acca, Imma Villa, Anna Rita Vitolo, Adriano Tammaro, Alessio Gallo, Dora Romano, Antonio Pennarella, Nunzia Schiano, Kristijan Di Giacomo, Giovanni Amura, Tommaso Rusciano, Gennaro De Stefano, Alessandro Nardi, Francesco Serpico, Giuliana Tramontano, Federica Sollazzo, Anna Redi, Clotilde Sabatino, Lucia Manfuso, Ulrike Migliaresi, Domenico Cuomo, Christian Giroso, Francesco Catena, Eduardo Scarpetta, Vicenzo Vaccaro, Giovanni Buselli, Bruno Orlando, Matteo Cecchi, Valerio Laviano Saggese, Fabrizio Cottone, Lia Zinno, Francesca Bellamoli, Francesca Pezzella, Pietro Vuolo, Elvis Esposito, Alice D´Antonio, Rosaria Langellotto, Vittorio Viviani, Riccardo Palmieri
Productora: Coproducción Italia-Estados Unidos, HBO, Wildside, Fandango Produzione, RAI
Fotografía: Fabio Cianchetti
Música: Max Richter
Género: Drama




L´amica geniale es una adaptación literaria de la saga Dos amigas, escrita por Elena Ferrante. Hasta el momento se han producido dos temporadas de la serie, correspondientes a los dos primeros libros de la saga compuesta por cuatro novelas. La serie está dirigida por el cineasta italiano Saverio Costanzo y cuenta una historia retrospectiva en la que Elena Greco rememora su peculiar amistad con Lila Cerullo comenzando por la infancia de ambas, una historia de vida envuelta en el contexto social de la posguerra.

Elena y Lilia se crían en un barrio humilde de Nápoles, de familias trabajadoras que no contemplan un futuro mejor para las nuevas generaciones. En este contexto, Elena y Lila comienzan su amistad cuando un día, en el colegio, la profesora descubre que Lila sabe leer y escribir sin que nadie la haya enseñado. Hasta ese momento Lila había destacado como una niña insolente y maleducada, y Elena como la alumna más aplicada. Este hecho despierta una curiosidad desmedida en Elena, admiración por esa niña que vivía en frente de su casa pero con la que nunca había cruzado una palabra. 

Aquí comienza la amistad de dos mentes maravillosas atrapadas en un mundo machista y clasista. A pesar de sus capacidades, el destino de ambas empieza a tomar caminos muy diferentes al finalizar ese mismo curso y la amistad de las dos niñas se torna en una relación controvertida en la que el amor y la admiración conviven a partes iguales con la envidia y el rencor.

Según avanza la vida de una, y se estanca la de la otra, la serie narra la prematura pérdida de la inocencia de ambas y se empieza a hablar con total honestidad de sentimientos a menudo polémicos y controvertidos como el resentimiento, la frustración, la rabia o el estancamiento vital. A pesar de las circunstancias, ambas protagonistas nunca abandonan su amistad que crece en medio de un vaivén de emociones, y nos regalan reflexiones ilustradas con la rebeldía inherente a aquel a quien han privado injustamente de la libertad de aprender, y con la incomprensión de unas jóvenes miradas  que no alcanzan a entender los actos y las palabras de un entorno estancado y autodestructivo.

Toda esta maraña de sentimientos está reforzada por una banda sonora que es el fiel reflejo de las emociones de los personajes, y el transcurso de la historia y el paso del tiempo se retrata a través de escenas que con suavidad y fluidez nos muestran sin atisbo de brusquedad la entrada de las protagonistas en diferentes etapas de la vida.

L´amica geniale es un retrato tan realista y tan verdadero de los sentimientos y las paradojas del corazón y la amistad que el espectador se busca a sí mismo en cada una de las palabras y en cada uno de los actos, y se encuentra. Resulta imposible posicionarse totalmente a favor o en contra de las protagonistas, estamos con ellas en las buenas y en las malas. Es un ejercicio de lealtad hacia los personajes.

En definitiva, esta adaptación literaria constituye un argumento bien construido con el que, a través del relato de situaciones cotidianas, el espectador entra en el mundo interior de los personajes encaminándose hacia una de las situaciones más bonitas en el visionado de una obra cinematográfica o la lectura: la identificación con los personajes y el encuentro cara a cara con el propio reflejo.

jueves, 23 de abril de 2020

THE YOUNG POPE Y THE NEW POPE

Ficha técnica




The young Pope

The young Pope es una serie de 10 capítulos estrenada en el 2016 y que tiene su continuación con The new Pope, con otros 9 capítulos, estrenada en 2020. Aunque la segunda es la continuación de la primera, y realmente son dos temporadas de la misma serie, ambas se presentan como dos producciones con distinto nombre, aunque guardan una total relación en cuanto al argumento, los personajes… Al igual que muchas de las obras cinematográficas de Paolo Sorrentino, esta serie es una reflexión y una crítica hacia la Iglesia y el poder.

The Young Pope comienza con la celebración del cónclave en El Vaticano para elegir al nuevo Papa, tras la inesperada y sospechosa muerte del último. Desde el inicio la serie ya muestra una organización que se rige por la manipulación y la falsificación en todo su funcionamiento. Tras las tretas de Voiello (Silvio Orlando), cardenal y Secretario de Estado, se nombra como nuevo Papa a Lenny (Jude Law), que se convierte en el Papa más joven en la historia. 

El gran acierto de la serie, además de su magnífico guión, es el elenco de actores que da vida a unos personajes con un minucioso diseño, con una personalidad cuidada al detalle, y que son el elemento principal a través del cual se transporta al espectador a un universo desconocido y caracterizado a lo largo de toda la historia (en la realidad) por el secretismo, el enigma y la confusión. Cada uno de los personajes interpreta una cara diferente de la moneda y con el conjunto de todos ellos y sus relaciones se muestra el entramado por el que se rige la élite del mundo eclesiástico. 

A lo largo de los capítulos los personajes interpretan con gran maestría y estilo diálogos muy reveladores que muestran la esencia de la serie y que mantienen al espectador en la eterna dicotomía entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. Los personajes no son fieles a un bando en sentido estricto, cada diálogo y cada acción están llenos de connotaciones semejantes y a la vez contradictorias, y gracias al buen ensamblaje de todos estos matices la serie consigue mantener la tensión en la trama y el enganche con los personajes.

Y todo lo anterior se completa con la calidad y la identidad de la dirección de Sorrentino. Ayudado, desde luego, por unas localizaciones que no necesitan un alarde de creatividad ni una compleja composición del cuadro para aparecer deslumbrantes ante la cámara, Sorrentino enfatiza a cada uno de los personajes, cada diálogo, y cada acción con un exquisito uso del lenguaje cinematográfico. Planos muy narrativos, expresivos y bien compuestos, con unos movimientos de cámara elocuentes y nada azarosos, y un montaje delicado y meticuloso. Junto con la realización y el montaje, la elección de la banda sonora remata el conjunto de piezas que actúan como elementos desacralizadores de un argumento que se mueve en terreno sagrado.   


De la seducción de Lenny a la humanidad y el altruismo de Gutiérrez


Volviendo a los personajes, desde el inicio vemos como Lenny, convertido en Pío XIII cuando es nombrado Papa, acapara toda la atención y todo el peso de la serie tanto argumentativamente como visual e interpretativamente. El personaje de Pío XIII es un imán para los ojos del espectador. Es un personaje misterioso, inesperado y seductor que actúa como la fuerza que invierte las tornas y que enfrenta a todos los personajes provocando una hecatombe que obliga a estar en alerta tanto al espectador como a los propios personajes. 

Otro de los personajes que desde el primer momento capta el interés y despierta la curiosidad es el personaje de Voiello. Aunque al principio se presenta como el antagonista y enemigo de Pío XIII, a lo largo de los capítulos nos daremos cuenta de que ambos son muy parecidos, con un modo de actuar moralmente cuestionable y controvertido, y con poca aprobación por parte de los demás, pero que esconde una buena finalidad. Cada uno con sus intereses resultan ser los personajes más honestos.

Pero, con perdón de los anteriores, el personaje que muestra una de las cargas emocionales más complejas de la serie es el cardenal Gutiérrez, interpretado por el actor español Javier Cámara. Viendo la trayectoria de Cámara y valorando enormemente todas sus interpretaciones, quizás sea este personaje el más complejo de su carrera. Comienza en la sombra y poco a poco adquiere relevancia y peso en la trama a la par que los personajes principales se acercan a él en búsqueda de valores que parecían olvidados en Ciudad del Vaticano como la lealtad, la fidelidad, la humanidad y la honradez. En Gutiérrez se ven reflejados los valores que la Iglesia lleva por bandera, pero que todos los demás personajes parecen haber dado de lado en favor de sus propios intereses. De esta forma, con humildad y sin afán de destacar, consigue tener el lugar más cercano al Santo Padre en lo que a su cargo dentro del clero se refiere, pero también y fundamentalmente en el terreno personal. Aun estando en lo más alto este personaje consigue con su gran carisma y con su calidad moral hacer una reflexión desde su propia experiencia vital acerca de la religión, la institución eclesiástica y los valores de la Iglesia que acerca la religión al mundo teniendo consciencia del carácter evolutivo de la sociedad y la necesidad de adaptación a los tiempos. Un personaje complejo al que Javier Cámara ha sabido dar forma a la perfección captando toda su esencia y formando un tándem muy especial con el Papa Pío XIII, y que seguirá brillando y manteniendo la fascinación y admiración del público también en The new Pope.



The new Pope

En el inicio de The new Pope nos encontramos con una pieza menos en el trío Lenny-Voiello-Gutiérrez, pero rápidamente la extravangancia y singularidad de ese tercio perdido se ve recuperada con la llegada al poder de un personaje que durante The young Pope se había mantenido en un discreto segundo plano. El cardenal Viglietti (Marcello Romolo), confesor durante años de todos los cardenales en El Vaticano, es nombrado Papa bajo el nombre de Francisco II, de nuevo gracias a las artimañas de Voiello. La información es poder y, contra todo pronóstico, consigue lo que se propone en su breve mandato. Este personaje es la antítesis a todo lo que había representado el Papa Pío XIII. El nuevo Papa pretende basar su mandato en valores como la pobreza y la ayuda al prójimo rechazando la ostentosidad y cualquier  uso inmoral de la riqueza de la Iglesia. Esto es algo que no aprueba nadie a su alrededor y, tras hacer uso de su poder de una manera excéntrica aunque de buena fe, desaparece dejando al espectador con la miel en los labios. Aunque da paso a un espléndido John Malkovich interpretando al Papa Juan Pablo III, habría sido maravilloso poder disfrutar más tiempo del sarcasmo, la mordacidad y la extravagancia del personaje de Francisco II. 


Además del descubrimiento del personaje interpretado por Marcello Romolo y de la grata presencia de John Malkovich, The new Pope añade un ingrediente sorpresivo al argumento que es la sublevación de las monjas que conviven con los cárdenales y demás cargos eclesiásticos en El Vaticano. Una pista nos da desde el primer capítulo la cabecera de la serie, donde las protagonistas son ellas, desprovistas de sus hábitos y envueltas en un juego de luces y música donde se refleja claramente que en algún momento de la trama ellas tendrán el poder. Durante la segunda mitad de la serie son el elemento de confrontación de los personajes principales, la imagen de la reivindicación femenina dentro de la Iglesia y, de nuevo, la adaptación a los nuevos tiempos de una institución arcaica y empeñada en seguir anclada en la tradición y los valores del pasado.



The next Pope?

Esta serie plantea una temática con la que es fácil caer en los extremos. Habitualmente nos encontramos con obras cinematográficas, literarias o teatrales que o son comedia o son drama, o una crítica demoledora al mundo eclesiástico. Sin embargo, aquí se nos presenta un punto intermedio muy atractivo, con unas dosis de comedia e ironía muy llamativas, con los toques justos de drama y con una sutil intencionalidad crítica que expone y cuestiona pero no avasalla enjuiciando por encima de lo necesario. Es el punto justo en el que la mezcla da como resultado un producto que atrae a un público muy heterogéneo y que enamora a gran parte de la crítica desde hace cuatro años. 

The young Pope resulta algo más atrayente y estimulante que  The new Pope, aunque puede que esto solo se deba al elemento novedoso de una serie como esta y en un 80% a la presencia activa del personaje interpretado por Jude Law. Pero en cualquier caso ambas se han convertido en una serie imprescindible en le panorama audiovisual de los últimos años. Esperemos que Sorrentino nos obsequie pronto con una nueva entrega de la vida en Ciudad del Vaticano.

martes, 14 de abril de 2020

LA VALLA


Ficha técnica

Título: La valla
Guión: Daniel Écija (creador), Inés París, Clara Botas, Jorge Valdano, Ángela Armero, Tatiana Rodríguez, Arantxa Cuesta, David Muñoz
Director: Daniel Écija, David Molina Encinas, Oriol Ferrer, Luis Oliveros, Jesús Rodrigo, Lucas Gil
Año: 2020
País: España
Temporadas: 1
Reparto: Olivia Molina, Ángela Molina, Unax Ugalde, Eleonora Wexler, Abel Folk, Belén Écija, Manu Fullola, Iván Chavero, Daniel Ibáñez, Elena Seijo, Yaima Ramos, Nicolás Illoro, Laura Quirós, Ángela Vega, Pedro Beitia, Óscar de la Fuente, Cristina Soria, Gabriela Flores, Irene Arcos, Alina Nastase, Berta Castañé, Elle Ci, Carmen Esteban, Pedro Rudolphi, Pilar Bergés, Fran Bleu, María Hervás, Esther Ortega, Jorge Roldán, José Emilio Vera, Sergio Álvarez, Antonio de Cos, Malena Gutiérrez, Ana Iglesias
Productora: Atresmedia Televisión, Globomedia, Good Mood
Fotografía: Néstor Calvo
Música: Daniel Sánchez de la Hera
Género: Drama, distopía




Noravirus: La realidad superando a la ficción



La valla es una serie española de 2020 ambientada en un futuro distópico, en el que la escasez de recursos y la presencia de un peligroso virus muy contagioso ha creado una brecha social que ha contribuido al aumento de la pobreza y al descenso en la calidad de vida de las clases más desfavorecidas. Ahora las ciudades se encuentran divididas en sectores separados por vallas, y la movilidad entre sectores está vigilada y restringida.

Esta serie ha sido creada por Daniel Écija, guionista y director de la misma junto con un elenco de guionistas y directores que han estado presentes en las producciones de ficción española más notorias de los últimos años como La otra mirada, Vis a vis o Estoy vivo, esta última producida por Good Mood, la productora fundada por Daniel Écija y que, junto a Atresmedia y Globomedia, lleva la producción de La valla.

La valla es una serie con un universo distópico que pone en auge las desigualdades sociales y una situación extrema. Esta es una temática recurrente en la ficción de los últimos años y, aunque quizás sea la serie española que mejor ha logrado conectar con el espectador llevando a cabo este argumento, bebe de otras producciones extranjeras como The handmaid´s tale. Pero aunque, al igual que esta, La valla también reproduce un futuro distópico en el que la falta de recursos y las desigualdades sociales han dado fruto a un régimen dictatorial, faltan algunos elementos aun por definir como la fuerza y el atractivo de los personajes. A este futuro de pobreza, falta de recursos y brecha social acentuada se suma el elemento de la pandemia con el noravirus. Y aquí es donde, sin imaginarlo, en pleno estreno de la serie la realidad supera a la ficción. El noravirus crea una pandemia global que se logra controlar, aunque aun tienen lugar contagios aislados en los que se encuentra la justificación para el aislamiento y la división de la población más pobre. Esto y la búsqueda de la vacuna es la trama principal de la serie y lo que pone en jaque a todos los personajes a lo largo de los capítulos.

Volviendo a los elementos de ese mundo distópico, hay que decir que aquí es donde reside uno de los grandes aciertos de la serie. La valla logra conectar con el espectador precisamente porque reproduce un universo futurista y distópico pero creíble, sin elementos exagerados, fantasiosos o inverosímiles. El gran éxito de La valla es resultar atractiva para un público que huye de las historias de fantasía y busca una ficción mucho más cercana a la realidad y que permite su identificación inmediata con los personajes y con la historia. Un virus que no convierte a la gente en zombies y un mundo sin tecnología irreal son el triunfo y el acercamiento de la ficción española al audiovisual futurista que se está poniendo de moda en los últimos años.

Otra de las piezas destacables de la serie es la ambientación y recreación de ese Madrid del futuro. Sin recurrir a elementos histriónicos se consigue una ambientación perfecta que parece totalmente verosímil. A esto hay que añadir el gran trabajo en el diseño de vestuario y caracterización, con elementos sencillos pero muy acertados, sobre todo en la caracterización de la clase obrera.


“La valla” no logra abrirse en su final


La valla es una de las ficciones españolas de este año que logra el aprobado en cuanto a su desarrollo. Incluso habría admitido extenderse en más de una temporada y así haber trabajado más algunos elementos que se mencionan de manera un poco vana. Sin embargo, llegamos al último capítulo y todo se desmorona. Con un buen desarrollo de la serie a pesar del escaso número de capítulos que la componen, el final sorprende de manera negativa por su precipitación argumental y un guión con poca capacidad resolutiva. Es una pena concluir de esa manera tan poco efectiva una buena serie.   

lunes, 13 de abril de 2020

LA VALLA


PEAKY BLINDERS


Ficha técnica

Título: Peaky Blinders
Guión: Steven Knight (creador), Toby Finlay, Stephen Russell
Director: Steven Knight, Colm McCarthy, Tim Mielants, Otto Bathurst, Tom Harper, David Caffrey
Año: 2013
País: Reino Unido
Temporadas: 5
Reparto: Cillian Murphy, Sam Neill, Paul Anderson, Helen McCrory, Joe Cole, Sophie Rundle, Eric Campbell, Ned Dennehy, Annabelle Wallis, Tom Hardy, Tony Pitts, Ian Peck, Adrien Brody, Jeffrey Postlethwaite, Matthew Postlethwaite, Iddo Goldberg, Alfie Evans-Meese, Packy Lee, Harry Kirton, Benjamin Zephaniah, Natasha O'Keeffe, Kevin Metcalfe, Paul Chadwick, Noah Taylor, Jack Hartley, Lee Bolton, Andy Nyman, Aimee-Ffion Edwards, Finn Cole, Jordan Bolger, Alexander Siddig, Gaite Jansen, Patricia Winker, Paddy Considine, Aidan Gillen
Productora: BBC, Caryn Mandabach Productions
Fotografía: George Steel
Música: Martin Phipps
Género: Drama, thriller



By order of the Peaky Blinders

Peaky Blinders es una serie ambientada en el Birmingham de principios del siglo XX, y que narra la historia de la familia Shelby, una familia humilde que a través del negocio de las apuestas ilegales logra abrirse camino en el mundo criminal de Inglaterra y aumentar su estatus social y poder adquisitivo. En el camino los Shelby, al mando de Tommy Shelby (Cillian Murphy), deben hacer frente a la policía y al resto de bandas criminales y la mafia, que pelean por el dominio del territorio.

La serie ha sido creada, escrita y dirigida por Steven Knight, creador y guionista de la serie Taboo. Como coguionistas están Stephen Russell y Toby Finlay, este último guionista de la adaptación al cine de El retrato de Dorian Gray. En la codirección llaman la atención los nombres de Colm MacCarthy y Otto Bathurst por haber estado al frente de la dirección de algunos capítulos de la exitosa serie Black Mirror.

Peaky Blinders comienza con un sutil matiz western al introducir en la primera temporada el duelo entre Tommy Shelby y el inspector Campbell. Este tono se va perdiendo progresivamente al desaparecer el personaje del inspector y al centrarse la trama en los duelos entre bandas criminales, dotando a la serie de un carácter mucho más cercano al thriller. En cuanto a los aspectos más técnicos, aunque no se le puede atribuir ningún fallo en este terreno, no hay mucho que destacar. La ambientación y la fotografía aciertan reproduciendo estándares de color y escenografía del cine ambientado en la Inglaterra de la primera mitad del siglo XX. Una fotografía oscura, desaturada y con predominancia de una gama cromática fría.

Uno de los aspectos más reseñables es la banda sonora con canciones modernas. Un contraste magnífico que actúa como un golpe de efecto que se convierte en un elemento magnético reforzando las escenas clave en cada uno de los capítulos y aportando un toque casi épico en muchos casos. En este sentido cabe destacar la sintonía de cabecera, que produce una fabulosa anacronía con la que se logra captar la esencia de la serie y de sus personajes. La banda sonora y el exquisito trabajo de montaje son uno de los puntos fuertes de la serie. 


Tommy Shelby

Pero, dejando de lado los aspectos técnicos, el elemento que sin duda dota a la serie de un carácter original y único es el reparto y el diseño de los personajes. Y precisamente en el diseño de los personajes es donde la serie tiene sus mayores luces, pero también sus más destacables sombras. 

En esta dicotomía se encuentra el personaje más magnético de la serie, Tommy Shelby. Tommy es quien lleva todo el peso de la trama, es el jefe de la banda de los Peaky Blinders, y es uno de los personajes más complejos desde el punto de vista de su construcción y su trayectoria en el guión. Según avanzan las temporadas, y concretamente a partir de la tercera, se muestra de una forma mucho más narrativa su personalidad y el trasfondo de sus movimientos en la trama. Sin embargo, al empezar la serie, aunque se intuye toda esta complejidad , el personajes queda desdibujado. En parte se puede deber al poco tiempo de desarrollo que tiene la historia, solo seis capítulos por temporada, lo que obliga a tratar algunos aspectos de forma más superficial. Pero, por otra parte, quizás el error más importante que comete la serie nada más empezar es la introducción del personaje de Grace y, con él, la trama romántica en el personaje de Tommy. Probablemente esta trama pretendía aportar matices al personaje de Tommy y hacerlo mucho más humano, dotarlo de una serie de características que completaran su faceta meramente fría y criminal. Pero, por el contrario, al introducir esta trama al inicio de la serie y desarrollarla en tan pocos capítulos, se consigue el efecto contrario y el personaje se vuelve mucho más plano. Cuando aparece el personaje de Grace en la vida de Tommy aun no se ha dejado disfrutar al espectador de la parte oscura que caracteriza al personaje, que afortunadamente remonta a partir de la tercera o cuarta temporada.


“Cuando ya estás muerto, eres libre”


En general, Peaky Blinders es una buena serie, con un gran elenco de actores y una buena trama. Una de las piezas que mejor encaja en todo el conjunto es la ambientación, donde los momentos históricos están muy bien mezclados con las tramas de los personajes y las enriquece. Acontecimientos históricos como la postguerra, el crack del 29 o el movimiento obrero delinean sutilmente un trasfondo perfectamente integrado en la trayectoria vital de los personajes, reforzando las tramas y aportando fuerza narrativa al guión. 

Sin embargo, como ya he mencionado antes, el número de capítulos que compone las temporadas actúa en ocasiones como obstáculo para el correcto desarrollo del hilo argumental. Algunos de los acontecimientos del guión se ven perjudicados por esto y se desarrollan en menos tiempo del necesario y, por tanto, con menos precisión. En este sentido también se encuentran algunas elipsis temporales demasiado bruscas, como la que da paso al inicio de la tercera temporada con la boda de Tommy Shelby y Grace, y que hacen que el arco de personajes quede emborronado.

Afortunadamente, a partir de la tercera temporada estas sombras del guión empiezan a desaparecer dando lugar a unas tramas mucho mejor construidas, con un desarrollo mucho más acertado y con una psicología de los personajes planteada con gran acierto y exactitud. Esta minuciosidad a la hora de plasmar la psicología de los personajes a partir de la tercera temporada convierte a los personajes en seres mucho más vulnerables, lo que aumenta la tensión de la trama captando la atención del espectador de una forma mucho más certera que en las temporadas anteriores. No sabemos cuanto queda para el final de la serie pero, cuando llegue el momento, espero que no se endulce volviendo a la “superficialidad” de las primeras temporadas, y que esta vulnerabilidad se haga patente y no concluya con los personajes principales salvados in extremis del abismo.

martes, 7 de abril de 2020

ARDE MADRID


Ficha técnica

Título: Arde Madrid
Guión: Paco León (creador), Anna R. Costa (creadora)
Director: Paco León, Anna R. Costa, Fernando Pérez
Año: 2018
País: España
Temporadas: 1
Reparto: Paco León, Inma Cuesta, Anna Castillo, Debi Mazar, Julián Villagrán, Moreno Borja, Ken Appledorn, Carmen Machi, Miren Ibarguren, Osmar Núñez, Fabiana García Lago, Manuel Manquiña, Mariola Fuentes, Craig Stevenson, Daniel Ibáñez, Julián Valcárcel, Miranda Makaoff, Chiqui Maya, María Hervás, Jorge Usón, Jorge Asín, Silvia Tortosa, Amara Carmona, Fanny Gautier, Secun De La Rosa, Estefanía de los Santos, Tomasito, Alejandro Serrano, Carmina Barrios, Eduardo Casanova
Productora: Movistar+
Fotografía: Pau Esteve Birba
Música: Ale Acosta
Género: Comedia



“Esa calaña del artisteo”


Arde Madrid es una serie de Paco León, codirigida con Anna R. Costa y con un guión escrito por los directores junto con Fernando Pérez. Está ambientada en el inicio de la década de los 60 en Madrid, y comienza con la llegada de Ava Gardner a la capital. El gobierno franquista, a través de la Sección Femenina, envía a Ana Mari a infiltrarse en la casa junto con Manolo, ambos como matrimonio que trabajará en el servicio doméstico de la actriz, para espiar los movimientos de la artista. 

Arde Madrid es una sátira, una crítica social con un toque de humor irónico. La serie ofrece, a través del guión y de sus personajes, una visión sarcástica y caricaturesca de la España de la época. Con el comienzo del primer capítulo ya podemos intuir el tono de la serie. En las primeras escenas se ofrece al espectador una perfecta contextualización de la sociedad y del papel de la mujer en esa sociedad, que será uno de los puntos fuertes del argumento de la serie a lo largo de los capítulos, junto con la represión  del placer y la sexualidad. 


“La castración de los deseos, del amor, del sexo, de la alegría…eso es indecencia”

El guión está plagado de tópicos españoles, a través de los cuales se plantea una contraposición entre la España más arcaica y el futuro y la liberación. Esta contraposición está encarnada en los diferentes personajes protagonistas que componen la trama principal, y de los cuales hay que destacar, además del diseño de personajes y el guión, el magnífico reparto actoral. Volviendo a la contraposición de ideales en torno a la cual giran todas las tramas, podemos hablar de 3 pilares fundamentales encarnados en los personajes de Ava, Pilar, Manolo y Ana Mari. Con el personaje de Ana Mari (Inma Cuesta), y todo su entorno antes de empezar a trabajar en la casa de Ava, está representada la España de los 60, de ideales conservadores, placeres reprimidos y modo de vida asentado en el pasado. Con el personaje de Ava (Debi Mazar) encontramos la antítesis, los valores de futuro, progreso y libertad que vienen del continente Americano para instaurarse poco a poco en la sociedad española de los siguientes años. Este personaje funciona como la guía que muestra al resto de personajes la búsqueda de los placeres, la libertad sexual y la forma de vida independiente sin atisbo de culpabilidad. Pero el guión de Arde Madrid no es un código binario que establece todo su desarrollo entre el blanco y el negro. También hay un término intermedio, de transición entre generaciones y épocas, representado con el personaje de Pilar. Pilar (Anna Castillo) es el personaje a través del cual se narra la evolución de España, la transición entre el pasado y el futuro, las nuevas generaciones que empiezan a cuestionar la sociedad, su modo de vida, y la educación y valores que les han inculcado. Por último, junto con el personaje de Ana Mari que representa la España profunda de los 60, tenemos al personaje de Manolo (Paco León), que representa la picaresca española y los tópicos de los que hablábamos antes, y que refuerzan la imagen de la España de la época y aportan el toque de humor y caricatura que convierte a esta serie en una sátira social.

Normalmente acostumbramos a pensar que las comedias y el humor no son capaces de tratar en profundidad los temas que plantea la historia. Esto es un error que queda refutado en los ocho episodios que componen esta serie. En Arde Madrid no hay nada de estética superficial ni en el guión ni en la realización. Todo tiene una explicación narrativa que enriquece el trasfondo de la trama, que es algo muy complicado de conseguir en este género.

En cuanto a los aspectos más técnicos también existen tres pilares fundamentales que destacar, al igual que en el guión. Por un lado la realización, con planos en los que en ocasiones la cámara parece tomar el punto de vista del voyeur, reafirmando la posición del “espectador como espectador”, quizás como una posible crítica o una mera visión del papel que toma el ciudadano dentro de la sociedad. Estamos hablando de una época en la que estaba a la orden del día espiar y criticar a cualquiera que se saliera de la trayectoria marcada por las normas morales establecidas. Una realización muy cuidada que no bombardea con cambios de plano constantes que no dicen nada.

A propósito de la realización, otro aspecto a destacar es la cabecera de la serie, que reproduce la misma estética, así como los tópicos españoles en los que se basa. Este esbozo de lo que nos espera al ver el capítulo se muestra a través de sencillas pinceladas como son el uso de los colores de la bandera de España o la elección de la música de cabecera. 

Y hablando de la música, por otro lado, cabe hacer una mención a la banda sonora, que refuerza la imagen castiza de la obra y de sus personajes. Existen críticas hacia las obras en las que la banda sonora no respeta la ambientación de la misma y la época en la que se desarrolla la trama. Sin embargo, en los casos en los que esta anacronía está justificada y debidamente utilizada dentro de la obra, confiere a través de ese contraste carácter e identidad a la serie, como es el caso de Arde Madrid.

Y por último, y quizás el aspecto técnico que más haya llamado la atención, la elección del blanco y negro. Paco León afirma que fue una decisión meramente estética y de diferenciación. ¿Ha sido acertada esta decisión? Realmente no parece que funcione mal, aunque viendo otros trabajos dirigidos por Paco León el espectador puede quedarse con las ganas de ver cómo habría sido esta serie con un trabajo del color original, llamativo y sugerente como el que mostró en Kiki, el amor se hace. Pero puede que no hubiera sido más provocador que usar el blanco y negro en una serie de las características que componen Arde Madrid.


Empoderamiento femenino

Desde luego es indiscutible que el talento de Paco León no es solo el de actor. Como guionista y director Paco León tiene una personalidad propia, un carácter que dota a todos sus trabajos de identidad, autenticidad y diferenciación, y le colocan como uno de los directores con proyección dentro del audiovisual español.


Para finalizar, completando todo lo dicho anteriormente en cuanto al argumento de la serie, hay que destacar el papel de los personajes femeninos, uno de los puntos fuertes dentro de la trama; y del feminismo, con sutiles pinceladas que van adquiriendo peso según avanzan los capítulos. Los nuevos aires americanos con los que comienza la serie logran calar en la sociedad española, y esto se va haciendo patente a lo largo de los capítulos hasta que en el último la serie sorprende con un golpe de empoderamiento femenino, tanto en el personaje de Ana Mari como en el personaje de Pilar, que termina viendo a Ava como su referente.

Durante los ocho capítulos de la serie el espectador asiste al cambio de mentalidad en la España franquista, a la influencia de las modas americanas en la misma y al despertar de una sociedad sumisa y castigada por la falsa moral de la época.